

En mi vida, han asomado muchas preguntas, pero hubo una, que despertó en mí, una curiosidad que nunca sentí. La pregunta la hizo Teresa Correa, una fotógrafa de gran renombre en mi isla; la respuesta, está aun hoy por definirse; pero sigo buscando.
Odioso de mí, me comparo con la historia, de Henri Cartier-Bresson, con cultura pictórica, algunas dotes de dibujo, y casualidades de la vida, coincidimos en edad, a la hora de hacer cosas interesantes, en nuestra vida profesional.
Hoy me encuentro identificado en cierta manera, y investigo su tipo de foto, comparandolo con mi mundo interior, o tan nombradas piedras, en el club de fotografía, al que pertenezco.
De Cartier-Bresson, me quedo con todo, pero mas especialmente a la hora de hacer sus retratos, con un aire lineal, para así como decía el, "El verdadero retrato por lo tanto es... aquel en el que el sujeto representado no es captado en ninguna acción y ni siquiera muestra una expresión que pudiese distraernos de la persona en sí misma".
Mirando sus fotografías, me siento muy pequeño, pero con ganas de trabajar, abriendo así, mi mente, a un pensamiento que va a la par, entre el diseño, y lo artístico, que tantos problemas me causa, para poder sentarme a analizar problemas, y búsqueda de soluciones, a fin de cuentas tengo que tener doble personalidad, para saber diferenciar una visión de otra.
Visión que tenía Cartier-Bresson a la hora de fijarse en detalles de escenas cotidianas de esta nuestra sociedad, con un punto de vista critico, y angelical a la hora de retratar la inocencia de los niños, y lo astuto de los no tan niños.
Mi próxima misión retratos perfectos......
No hay comentarios:
Publicar un comentario